Práctica [Libre]

El sol brillaba mimosamente sobre el edificio del instituto de Eric Darrell, y también sobre Riko. Ya no tenía más clases por ese día, por lo que estaba en su tiempo libre. Y, en vez de descansar, decidió aprovechar para practicar su poder.

Sus ojos oscuros recorrieron el extenso paisaje que se abría ante ella, perdiéndose en el bosque. Una suave brisa mecía suavemente sus cabellos azabaches, en un ambiente relajado, ni frío ni caluroso. La oriental miró entonces a su alrededor, asegurándose, en apariencia, de encontrarse sola allí.

Sus manos se movieron, mientras comenzaba a retirarse el jersey, quedándose tan sólo con un biquini de cintura para arriba. Había pensado más tarde en ir a lago, quizás, a nadar... Y no era una prenda que tuviera que dar vergüenza mostrar. No era como un sujetador. Sus piernas seguían cubiertas con unos pantalones, de chándal, cómodos. Se descalzó también, necesitaría el menor número de prendas posible para que le resultara más fácil. Pues... Iba a probar alguna tercera forma.

Cerró los ojos, centrándose en los sonidos amortiguados del interior y exterior del edificio, en el viento acariciando su piel. Pensó primero en un ave, quizás un águila, pero... Pronto descartó la idea. Sería mejor, quizás, empezar por un mamífero, pero... Que ella supiera, los murciélagos eran más pequeños.

Aún así, esa fue finalmente su opción.

Comenzó a concentrarse, sin abrir los ojos... Y alzó los brazos, extendiéndolos a ambos lados de su cuerpo. Se fue forzando a normalizar la respiración, a relajarse... Y a enfocar en su mente única y sencillamente el aspecto de dicho animal alado. Recordando como buenamente pudo su anatomía, su aspecto... De hecho, pensó en el llamado, también, "zorro volador".

Sintió, pasados unos minutos, cómo unas membranas de piel comenzaba apenas a sobresalir por debajo de sus brazos, y frunció ligeramente el ceño, tratando de no perder el control. No obstante... Le estaba resultando demasiado esfuerzo, e incluso una gota de sudor resbaló por su sien. Tan sólo aguantó unos segundos, hasta tener que abrir los párpados, jadeando, mientras la leve metamorfosis desaparecía de nuevo. Masculló una maldición, frunciendo ligeramente el ceño, y directamente se sentó, esperando a recuperarse un poco. Diablos... ¿Por qué le costaba tanto? Con lo natural que había salido su primera transformación, cuando rescató a aquél chico... Jamás fue capaz de repetir algo así, ni tan siquiera con el propio aspecto de pez martillo, el primer animan en el cuál se convirtió cuando descubrió sus poderes. O los despertó, no lo tenía todavía claro.

LLevaba poco tiempo en el instituto y tras todo el dia con las clases y demas, decidio ir a usmear por ahi, pero antes fue a su habitación a ponerse algo de ropa comoda. Ya listo, penso en salir a los alrededores del instituto pero decidio subir arriba a la azotea ha probar sus poderes y tomar un poco el aire fresco dede lo mas alto del edificio.

Subiendo las escaleras hizo su cuerpo invisible sin casi realizar esfuerzo despues abrio la puerta y salio a la azotea, donde vio a una chica de espaldas y con el cabello al aire pero eso no fue lo que le llamo la atencion si no que su cuerpo, en concreto por debajo de sus brazos habia una especie de membrana la cual desaparecio en unos instantes. Continué invisible y cuando vi que ya empezaba a costarme esfuerzo me acerque a ella la di una palmada en la espalda para llamarla la atencion e hice mi cuerpo visible. ¿Que hace una chica aqui arriba tan sola y con un simple biquini? pregunto sonriendo con un tono seductor, el cual solía utilizar con casi todas la chicas.

¿Por qué le costaba tanto? Quizás estuviese enfocando mal el modo de concentrarse. Tal vez probar otro truco... Sí, debería preguntar al profesor que imparte la asignatura propia del control de sus poderes al respecto. No era normal, desde luego que, tras 5 años, sólo dominase dos formas. Algo fallaba, seguro.

Aunque soplaba una ligera brisa, de momento no le había cogido el frío, por lo que no se molestó todavía en ponerse el jersey. Ya lo haría cuando le diera la gana, o mismo antes de volver a bajar de allí. Le habría gustado acabar haciéndolo volando, pero... Parecía que, por ese día, no iba a poder ser.

Sumida como estaba en sus pensamientos, no se esperó una palmada en la espalda, lo que hizo que se sobresaltase un poco, y se volviese, con el cuerpo y la mandíbula tensos, hacia el origen de dicho contacto y la voz. Entrecerró los ojos al ver el chico, sobre todo al creer captar un tono seductor, así como el tipo de sonrisa. Genial, un moscón:

-Dicen que mejor sola que mal acompañada.

En Riko, su tono casi siempre era sarcástico, burlón o divertido. En este caso, se dio la primera opción. Se apartó un mechón de pelo oscuro de delante de la cara, sin dejar de mirar al muchacho, ni molestarse, de momento, en ponerse en pie, todavía sentada:

-¿Y tú? ¿Has venido a buscar chicas solitarias a la azotea? -Comentó, sonriendo de lado.

Ella me respondio en un tono sárcastico, y pense una chica traviesa... despues pasee a su alrededor contestando a su pregunta la cual dijo sonriendo de lado, de nuevo usando el mismo tono con la que la sorprendi dije tal vez aunque mas que chicas solitarias, chicas traviesas termine la frase con una sonrisa. Continue rodeandola a su alrededor observandola como si la estuviera examinando, lo cual solia hacer con todas las chicas, era como si las marcara; decidia si tenian interes o no. " Era una chica oriental, de una estatura normal y un fisico tampoco muy llamativo. Su pelo me llamo mucho la atención, era negro y largo lo cual resaltaba su cara, con unos ojos tambien de color oscuro. La verdad no estaba nada mal. " Su personalidad me gustaba, no era una chica timida ni nada por el estilo, tenía su personalidad. Su fisico tambien estaba muy bien. Tal vez la chica tenia una oportunidad, sonrei al pensarlo y pregunto bueno creo que lo primero es presentarnos, soy Allan, ¿y tu eres...?

Riko frunció el ceño, sin que le hiciera la más mínima gracia que el muchacho comenzase a caminar a su alrededor. La hacía sentirse acorralada, y eso despertaba su lado animal, por decirlo de algún modo. Todo el mundo sabe que a un depredador no le gusta sentirse así, y en la oriental era la parte bestial más presente, teniendo en cuenta que las formas que dominaba eran las de dos carnívoros: La elegante y esbelta, pero terrible, pantera, y el brutal y voraz pez martillo, un tiburón.

Se puso en pie, sacudiéndose los pantalones con las manos, incluso alzando levemente la barbilla, en un inconsciente gesto de advertencia, de igualarse a su altura. "Chica traviesa"... Ya, claro. Incluso por dentro eso le hizo gracia. Ella no se consideraba sencillamente "traviesa", sino más bien... Con carácter. Se encogió ligeramente de hombros con la presentación, de brazos cruzados:

-Riko -Entrecerró un momento los ojos, entre recelosa y concentrada, analizando las facciones del chaval. ¿Le sonaba?- . ¿Has estado en el examen de nivel, por casualidad?

De ser así, probablemente acabase recordando el poder que había mostrado. Si no... Le sonaría entonces de haberlo visto por los pasillos, o en alguna clase, a saber. Pero lo acabaría recordando, y más pronto que tarde.

La chica se sentio algo ofendida por lo de traviesa, de todas formas se presento, Riko... dije repitiendo su nombre despues me pregunto sobre el examen de nivel, si claro que e estado alli pero no me acuerdo de ti, iba a utilizar su poder pense, parecia concentrada y la pregunta sobre el examen de nivel... no sabia lo que podia pasar alli asique intente recordar por si la habia visto por algun pasillo o en alguna clase y finalmente pense a mis adentros la chica que se transforma en animales, la ultima palabra se escapo de mis pensamientos y la dije en voz alta. Despues espere a que ella utilizara su poder, y pense sera una buena oportunidad para hacer mi trabajo y si las cosas se ponen feas, la invisbilidad lo solucina.

La muchacha asintió apenas cuando oyó al chico repetir su nombre. De hecho, el chaval no respondió a su pregunta, lo cuál hizo que la oriental volviese a entrecerrar levemente los ojos, a la espera. Y, mientras ella pensaba también, se dio tiempo de agacharse, recoger del suelo el jersey y ponérselo. Justo cuando asomó su cabeza por el hueco correspondiente, oyó la palabra del rubio. Su mente rápidamente ató cabos, imaginándose a qué se refería. De hecho, volvió a mirarle atentamente:

-Invisibilidad.

Mencionó entonces. Sí, finalmente se había acordado. Se sacudió el jersey, de paso alisándoselo sobre el cuerpo, y se encaró al rubio, cruzándose de brazos. Le había hecho gracia, por dentro, el que se quedase callado de pronto. Como... Si se hubiera preocupado, o algo así. No sospechó nada, al menos de momento. Sencillamente, estaba en guardia porque le parecía el típico ligón, y esos no le gustaban mucho. Nada más. De hecho... Sonrió de lado, burlona y sarcástica:

-Qué calladito te has quedado de pronto... ¿Te ha comido la lengua el gato?

Si era una referencia velada a su forma de pantera o no... Eso sólo Riko lo sabía.

Tras colocarse el jersey se refirio a mi de manera burlona y sarcástica, lo cual ignore y respondi mas bien una pantera... sonrei y acercando mi cuerpo al suyo dije quiero que sepas que me gustan mucho los animales... Continue con mi cuerpo pegado al suyo esperando su reaccion, esa chica me gustaba, tenia caracter, no era la tipica y simplona chica. De todas formas no me tenia que desviar del tema, tenia que averiguar algo de informacion sobre los poderes de estas personas si no, no duraria mucho tiempo aqui.

Riko frunció el ceño, en un gesto inconscientemente incluso adorable, cuando el tipo se le pegó de esa manera. Apoyó ambas manos en su pecho para apartarle, sin excesiva brusquedad, pero sí fuerza:

-Que corra el aire.

Mencionó, de forma más seria, incluso con una velada amenaza. Ese tipo estaba siendo demasiado osado, y comenzaba a amargar su buen humor:

-Si pretendes ligar... Olvídalo. No me gusta ser el juguete de nadie, ni un pañuelo de usar y tirar.

Sonrió de lado, aunque su mirada seguía siendo ligeramente amenazadora. Para ella, no había duda de que se encontraba ante el típico guapito que iba a por cualquier chica que le gustaba, y cuando se aburría, adiós y muy buenas. Al menos, en ningún momento le demostró lo contrario. Se apartó un mechón de pelo de la cara, girándose y disponiéndose a alejarse hacia la puerta que conducía, de nuevo, al interior del edificio.

Ello con un pequeño empujon hizo que me apartara, tras sus palabras dije un jueguete dices, eres mas que eso, eres mi pequeña mascota... lo ultimo fue con un tono burlón y juguetón. Tras unos segundos cambie mi voz a una voz seductora y dije ¿esa idea te gusta mas, mi pequeña mascota...? sonrei algo picaro y me acerque a ella de nuevo, esta vez, acerque mis manos para juguetear con el.

¿"Pequeña mascota"? Grave error, muchacho. Aquello sonaba, a oídos de Riko, incluso más despectivo si cabía. Sintió que el tipo se volvía a pegar a ella, y esta vez el empujón fue un poco más violento. Incluso, sonó un gruñido casi animal, mientras la oriental le miraba de reojo:

-No soy mascota de nadie, alfeñique...

Susurró, en un tono frío, incluso más... Peligroso. Para ella, aquél rubito se estaba pasando ya de la raya. De hecho, detuvo su andar, encarándose a él, con los brazos en jarra y el ceño fruncido:

-Escúchame bien, chulito de playa: Si lo único que estás buscando es ligar, vete olvidándote de mí y búscate a otra. Ni soy una chica fácil, ni eres mi tipo. Los hombres como tú sólo me ponen enferma y de mal humor.

No, no es que se cortase en decir las cosas a la cara... Imaginaba que había opciones a que no lograse espantarlo así, pero... Mejor intentarlo antes de recurrir a medidas más extremas. No quería problemas con el director, después de todo. De modo que entrecerró los ojos, a modo de advertencia, y le dio la espalda, dirigiéndose de nuevo, con paso más firme y rápido, hacia la entrada al edificio.