Nombre y Apellidos: Brenna Regina Malory.
Nacionalidad: Londinense.
Sexualidad: Heterosexual.
Ocupación: Alumno.
Nivel: -
Poder: Quimerismo (crear ilusiones excesivamente realistas)
Descripción Física: Brenna goza de los rasgos gitanos que solo poseen escasos miembros de su familia. Su larga y lustrosa cabellera que cae por su espalda en suaves ondas como una cascada negra azabache contrasta de forma llamativa con su tersa piel de un tono marfileño, concediéndole en la mayoría de las ocasiones la imagen de una frágil y etérea muñeca de porcelana también gracias a sus rasgos femeninos, delicados y seductores. Los pómulos estan salpicados por imperceptibles pecas. Sus largas y abundantes pestañas enmarcan unos exóticos ojos ligeramente rasgados de un intenso y penetrante azul cobalto que habitualmente chispean con un brillo pícaro y travieso, acorde con la personalidad juguetona de su dueña.
Su altura es considerable, alcanza el metro setenta por lo que tampoco es exactamente una persona baja. Con un cuerpo desarrollado, bien proporcionado al que siempre acompañan movimientos que recuerdan vagamente a los de un felino, con la misma agilidad que estos. Nada en ella indica fragilidad, en realidad, su aspecto descuidado y despreocupado la confiere una imagen salvaje y excitante.
Descripción Psicológica: La cualidad más característica de Brenna es que es muy independiente, va por libre totalmente esta claro que no depende de nadie que no sea ella misma, esta claro que no tiene ninguna intención de vincularse más de lo estrictamente necesario. Las leyes no parecen hechas exactamente para ella a pesar de que nunca se las pase descaradamente por la torera tampoco se puede decir que las cumpla al dedillo. Se mantiene muy apegada a unos principios hechos para ella, un lema tan sencillo como carpe diem por lo que su forma de pensar para ser una humana dotada de un poder es muy despreocupado y extravagante quizás. Siempre ve el lado positivo de la situación aunque esta sea muy peliaguda, no importa, Brenna se ríe del peligro en el sentido más literal y con eso demuestra que aparte de creerse excesivamente arrogante por compararse con algo parecido a un dios es una temeraria con todas las letras. Es tan hiperactiva y curiosa como una niña pequeña, además de mostrar bastante terquedad con los temas que le interesan. Maneja con excesiva soltura el sarcasmo y a veces no se da cuenta de que puede parecer cruel por ello pero en el fondo es buena chica y todo, solo que hay que raspar bastante la superficie infantil y aniñada que luce con un descaro deliberado. Cierto que cuando esta envuelta por la adrenalina del combate, Brenna es letal, implacable y disfruta bastante con ello ya que hay que reconocerle que es muy agresiva, salvaje y exótica en todos los aspectos. A pesar de sus imnumerables, horribles y espeluznantes defectos ocultos tras una cara bonita y angelical, Brenna esconde ciertas virtudes y cualidades al mundo como la lealtad y la fidelidad, aptitudes que le parecen poco aconsejables para una criatura como ella.
Historia: Hace dieciseis años, en el seno de una acaudalada familia londinense, nació Brenna Regina Malory. Ella nació con los especiales rasgos morenos de ojos claros que les había concedido por herencia genética su abuela zíngara mientras que la mayoría de los Malory por el contrario eran rubios y de ojos verdes.
Siempre había una cosa clara, la familia, los vínculos estrechos que los unían eran lo más importante. Si algo aprendió Brenna era a defender con uñas y dientes a sus parientes, todos aquellos que tuviesen la misma sangre y que ella apreciase se convertían automáticamente en aliados, en protegidos aunque claro, siempre cabe decir que la familia adoraba lanzarse pullas entre unos y otros aunque siempre se unían ante un enemigo común. Exactamente así sucumbieron aquellos Malory cuando trataton de proteger y ocultar el don que presentaba la menor de la familia. El gobierno quería utilizar a la niña para explorar más profundamente sobre aquel poder, tenerlo a su influencia cuando la propia Brenna ni siquiera sabía lo que era y en aquel entonces era su maldición. La separaron de su familia sin que estos pudiesen hacer nada ya que no preguntaron exactamente y al parecer estuvo en investigación durante un período de tiempo hasta que consiguió escapar en una de las veces en la que la desesperación mezclada con su poder se desbordó totalmente hasta el punto que ella pudo librarse de la constante vigilancia y de los cables y demás que tenía por el cuerpo.
Un hombre se hizo cargo de ella, Smith Reynols que la cuidó como si fuese su hija durante un año entero ya que la muchacha en aquel entonces tan solo tenía quince años y tampoco entendía demasiado bien porque le sucedía todo aquello. Smith le enseñó algo parecido al autocontrol con su don y Brenna pudo más o menos dominarlo en alguna que otra ocasión, además mientras no asustase o alterase de alguna forma no corría peligro alguno de que se desmadrase.
En cuanto cumplió los dieciseis, Smith la internó en la academia y ella tampoco tuvo mucha opción donde escoger.
